China´s role in the emerging global world order and the battle for a postcapitalist 21st Century civilization.

Por Alfredo Jalife

Mientras la agencia británica de noticias Reuters pregona el fracaso de la cumbre de EU y China, buy la prensa china está más entusiasta que su análoga estadunidense sobre el nuevo capítulo abierto para cooperar y desarrollar una nueva era (Xinhua, site 22/1/11), buy more about tras su tormentosa relación bilateral durante casi todo 2010.

Xinhua festeja la visita exitosa de cuatro días del presidente Hu Jintao a EU donde consiguió definir la volátil relación bilateral que ahora se debe basar en el respeto mutuo y el mutuo beneficio, lo cual da a entender muchas cosas –en espera de resultados concretos que efectivamente emergieron, como la desactivación in extremis de una conflagración mayúscula en la península coreana, donde funcionó la cooperación de Pekín y Washington para calmar los ánimos exaltados de las partes.

Xinhua insiste en que la relación China-EU es más de importancia estratégica e impacto global que bilateral. Sin duda, pero todavía dista mucho del G-2 falsamente bipolar que anhelan los globalistas anglosajones.

Quizá sueña demasiado Xinhua que ambas superpotencias pueden forjar una nueva manera para que todos (sic) los países coexistan armónicamente en un mundo globalizado, en momentos en que arden el Medio Oriente, África y Asia central.

Tan Yingzi y Wu Jiao (China Daily, 22/1/11) pregonan que Hu marcó el mapa a seguir en las relacionesbilaterales durante una comida en Washington a la que asistieron 500 empresarios y políticos: China profundizará sus reformas y seadherirá a un desarrollo pacífico mientras urgía a que Washington esté consciente de los intereses esenciales de Pekín en Taiwán y Tíbet. ¿Se les pasó agregar sus otros intereses esenciales en el mar del sur de China?

Ding Qiangfen (China Daily, 21/1/11) exulta que la visita de Hu cambia la dirección en las relaciones, y promociona la compra por Pekín de bienes estadunidenses por 45 mil millones de dólares para apuntalar 235 mil empleos.

La cooperación económica, en el más depurado guión del G-20 de corte economicista, está ocupando el primer lugar en las relaciones bilaterales por encima tanto de las finanzas –donde China cedió muy poco para revaluar su yuan en los términos perentorios de EU, mientras no ceja en exigir el nuevo orden financiero multipolar, donde su divisa jugaría papel relevante– como de las militares, que tomaron un rumbo positivo gracias a la visita previa a Pekín del secretario del Pentágono, Bob Gates.

China ablandó la dureza retórica de EU con su compra por 45 mil millones de dólares de bienes que incluyen 19 mil millones de dólares para adquirir 200 aviones Boeing, y otros tratos en telecoumunicaciones y tecnología con General Electric (¡ojo!), Honeywell y Navistar.

Cuando cunde la guerra alimentaria global, el primer importador de soya del mundo, China, compró por 6 mil 700 millones de dólares (Reuters, 21/1/11), al primer exportador global del producto (EU), en la plaza de Chicago (altamente simbólica por ser doblemente el feudo de Obama y el centro mercantil de los futuros de granos), a tres trasnacionales oligopólicas –Cargill, ADM y Bunge Limited–, hoy puestas en la picota por mil millones de hambrientos de la Tierra.

Tras su humillante derrota electoral, Obama se convirtió al clintonomics –la economía globalista con centrismopolítico de Clinton– y nombróconsejero económico externo a Jeffrey R. Inmelt, ejecutivo de General Electric (NYT, 21/1/11), en sustitución del dimisionario decepcionado Paul Volcker, quien no pudo avanzar sus reformas financieras regulatorias para domar a la bancocracia de Wall Street.

Antes de jubilarse a finales de junio como secretario del Pentágono, Bob Gates, anterior director de la CIA especializado en temas soviéticos, ha realizado una serie de trascendentales pronunciamientos estratégicos que reflejan el ajuste de la nueva política militar de EU y la dinámica del nuevo orden mundial multipolar.

En el vuelo hacia su participación al relevante Foro de Seguridad en Singapur –la décima cumbre del británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, esta vez denominada El Diálogo Shangri-La–, Gates se soltó con los reporteros a quienes manifestó su satisfacción por las recientes señales de progreso en los lazos de seguridad con China pese a su rápida expansión militar (Afp; 2-6-11).

El todavía secretario del Pentágono afirmó que EU no busca mantener sometida a China, de quien le preocupa su nuevo arsenal militar, pero que pese a ello desea un mayor diálogo vigoroso.

En la cumbre de seguridad asiática de Singapur fue evidente que las relaciones de EU y China eclipsaron al restante de participantes.

Una cosa es lo que dice Gates y otra es si le creen los muy escépticos chinos quienes miden a EU por sus actos –que han sido abiertamente hostiles en fechas recientes– que por su retórica, que ha sido bombásticamente tóxica en el belicoso Congreso en Washington como en sus facinerosos multimedia.

Gates no tuvo más remedio que confesar lo obvio: China ha sido una gran potencia por miles de años. Es una potencia global y será (sic) una potencia global.

¿Cómo se readaptará EU en plena decadencia ante el prodigioso ascenso de China?

Lo ideal para EU, de acuerdo con el fallido designio de Zbigniew Brzezinski, consistía en seducir a China a la trampa del espejismo de la diarquía del G-2 que fue rechazado públicamente por el gobierno saliente de Beijing.

Bob Gates plantea la cuadratura del círculo de las relaciones entre una potencia decadente y otra ascendente –difícilmente manejable, de acuerdo con las sabias enseñanzas de la historia– cuando las diarquías –tanto a escala interno de los países como a escala inter-estatal– no suelen concluir favorablemente.

Comenta que la cuestión radica en cómo salir de ésto (sic), de una manera que asegure que continuamos a tener relaciones positivas en áreas como la economía (sic) y otras aéreas que son importantes para ambos, y manejar cualquier diferencia de visiones que tenemos en otras áreas.

Las francas declaraciones de Gates fueron realizadas un día antes de su charla con su homólogo chino Liang Guanglie.

Lo que le faltó deducir a Gates es el corolario de que una potencia global obliga a una comprensiva defensa militar en los ámbitos local, regional y global.

A su juicio, la modernización del arsenal chino representa una amenaza potencial a los portaviones de EU (una de sus principales joyas estratégicas navales) cuando China desarrollacruceros precisos y misiles balísticos anti-buques de largo-alcance, además de un nuevo cazabombardero furtivo y capacidades cibernéticas y anti-satelitales”.

Plantea la creciente amenaza en teoría para luego diluir su vino al considerar que China no intentaba rivalizar con EU como potencia militar global y que, en su lugar, se encontraba focalizada a extender su alcance (sic) en el Océano Pacífico: Creo que los chinos han aprendido una lección poderosa (sic) de la experiencia soviética y no intentan (sic) competir con nosotros en el amplio rango de capacidades militares.

Es evidente que China defiende sus fronteras vitales cuando EU, apuntalada por Gran Bretaña y la OTAN, libra desestabilizaciones subrepticias en torno a China –desde Tibet pasando por Xinjiang hasta Cachemira– y, sobre todo, ha incendiado sus fronteras con las dos guerras que mantiene en Afganistán y Pakistán.

China no cayó en la trampa de EU para crear un condominio global del G-2 que había propuesto en forma indecorosa Zbigniew Brzezinski, íntimo de Obama y el mejor geoestratega viviente estadunidense –demoledor de la URSS y muy superior al locuaz Kissinger, el derrotado de Indochina, pero muy inferior al genial George Kennan, el verdadero triunfador conceptual de la guerra fría.

El horno no está para bollos y el brutal cerco militar y multimediático de EU –sin contar la flagrante incitación a la implosión balcanizadora de China en la provincia islámica de Xinjiang y en la otra provincia budista del Tíbet, ambas con invaluables recursos de materias primas y agua– ha indispuesto a los ciudadanos chinos.

No habrá un G-2, debido a que China se siente más a gusto en la multipolaridad de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): más acorde con su cosmogonía armónicafrente a la depredación y los engaños anglosajones del G-20, ya no se diga de los disolutos FMI y Banco Mundial, repletos de vulgares escándalos eróticos, desde Dominique Strauss-Khan (FMI) hasta Paul Dundes Wolfowitz (BM), ambos pivotes del insolvente sionismo jázaro que pretendió controlar al mundo invadiendo Medio Oriente (para dominar sus pletóricos yacimientos de hidrocarburos y, de paso, a Venezuela, cuando ya superdominan al itamita México neoliberal) e imprimiendo masivamente dólares chatarra.

Tampoco China exhibe variadas alternativas cuando fue embaucada a coleccionar dólares chatarra de deuda estadunidense (hoy los llaman reservas de divisas), probablemente impagables –mucho menos cuando los supremos teóricos de las finanzas chinas perdieron ya la paciencia (que ya es mucho decir) con el euro (La peste negra de la crisis de la eurozona golpeará las exportaciones de China, Reuters, 22/8/11), lo cual beneficia, guste o disguste, al dólar.

Tal postura nihilista sobre el euro fue exhumada inmediatamente después del transcendental encuentro de Xi Jinping y Joe Biden.

¿Qué otros trueques, además del rescate del dólar y del comercio estadunidense, habrán acordado en materia geopolítica los vice-presidentes de las dos superpotencias geoeconómicas del planeta?

Conforme a su estilo milenario, China –con una brecha civilizatoria de 6 mil años frente a la nueva barbarie anglosajona de poco más de dos siglos, hoy en caída libre– otorgó un voto de confianza a la economía (¡súper sic!) de EU (Xinhua, 19/8/11).

El premier Wen Jiabao, de salida, expresó angelicalmente que la prosperidad y la estabilidad de EU son importantes para el mundo entero.

El todavía presidente Hu Jintao invocó la necesidad de una mayor coordinación de la política macroeconómica entre ambas superpotencias –por cierto, hoy totalmente inexistente, debido al irresponsable unilateralismo financierista de EU, consagrado deliberadamente a imprimir billetes verdes al por mayor con el fin de financiar sus aventuras militares y su hiperconsumismo consuetudinario a costa del resto del mundo (una economía parasitaria, Vlady Putindixit).

Igor Panarin,académico prospectivista y politólogo ruso, quien –de acuerdo con amigos comunes– es muy cercano al premier Vladimir Putin. Se dio a conocer en forma notable en Occidente al plantear la hipótesis de la desintegración de Estados Unidos (EU) en seis pedazos, lo cual llamó la atención incluso de The Wall Street Journal. Sus creativas tesis suelen ser muy polémicas porque perturban la ataraxia de los comunes. Hace poco adujo que detrás de la cacofonía sobre el programa nuclear de Irán se encuentra una parte (sic) de la elite trasnacional británico-estadunidense que trata de emprender una guerra contra Irán para salvar al dólar del colapso (Tacstrat, 23/11/11).

En referencia específica a larivalidad global entre EU y China publicó un artículo para Rusia Today (15/11/11), en el que considera que el foro reciente APEC en Hawai marca el inicio de una abierta (sic) rivalidad entre las dos superpotencias.

A su juicio, la fase de conflicto de las relaciones se inició hace dos años, cuando el Departamento de Comercio de EU decidió imponer un arancel antisubsidiario de 10.3 por ciento a 15.78 por ciento a los ductos fabricados en China, lo cual afectó sus exportaciones en 2 mil 700 millones de dólares: La mayor sanción histórica impuesta por EU a China.

Coincide con mi tesis sobre el fracaso de un G-2 entre China y EU (Bajo la Lupa, 24/8/11): La división de las esferas de influencia en el mundo que hubiera sustituido el Consenso de Washington por el Consenso Washington-Pekín. Rememora la preocupación del primer ministro de China sobre el destino de sus inversiones en EU.

En 2010 las relaciones continuaron su deterioro con las consabidas invectivas mutuas en relación con las violaciones de las reglas de la OMC, salpicadas de acusaciones de EU contra Pekín de pisoteo a los derechos humanos, además del debate en torno a las libertades de los portales después de que Google estaba a punto de retirarse de China.

En respuesta a la venta de armas estadunidenses por 6 mil 400 millones de dólares a Taiwán, China suspendió el intercambio de visitas programadas con los militares de EU.

Los agravios se acumularon en forma gradual y llegaron a su culminación en la reciente cumbre del APEC en Honolulu, donde Obama, primero, exigió el cese del robo (sic) de la propiedad intelectual estadunidense, además de la enésima exigencia para la revaluación de la divisa china y, luego, lanzó el proyecto de un tratado de libre comercio del Pacífico, al unísono delfortalecimiento del posicionamiento militar de EU en Asia.

Según Panarin, el tratado de marras (Trans-Pacific Partnership: TPP) ha sido coordinado con ocho países: Australia, Brunei, Chile (sic), Malasia, Nueva Zelanda, Perú (sic), Singapur y Vietnam, los cuales iniciaron charlas en 2008 y a cuyo bloque desea incorporarse Japón (¡supersic!) y se planea su concreción en 2012.

De acuerdo con información que poseo de Washington, la idea de Obama consiste en agregar también a Canadá y México (quien en la etapa aciaga de Calderón no podía faltar su legendaria hostilidad por encargo a China), lo que haría del TPP un bloque antichino de 12 países. ¿Qué tan lejos querrán ir Chile, Perú, Malasia, Brunei y Singapur en una confrontación triangulada contra China?

Por lo pronto, en Japón se debate acerbamente qué tanto el TPP es un genuino tratado comercial o una excrecencia de la confrontación de EU contra China.

Más proclive a las tesis chinas (quizá por la hermandad de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Panarin muestra la buena voluntad del presidente Hu Jintao en la cumbre de Honolulu, en la que confirmó su disposición a las reformas y mercados abiertos sin dejar de subrayar la soberanía de China como ascendente superpotencia en la economía mundial, mientras se abstuvo de pronunciarse sobre el amenazante bloque mercantil en el Pacífico auspiciado por EU.

Panarin concluye que 2012 vislumbrará el resultado de la primera fase de la rivalidad global entre dos superpotencias: una desfalleciente (EU) y una ascendente (China).

A mi juicio, el periplo estratégico de Obama en la cuenca del Pacífico (cumbres de la APEC, Asean y del Este de Asia, además de su trascendental visita a Australia para instalar una base militar de EU), denotan un apretón de tuercas militar y económico contra China con el fin de materializar un asfixiante anillo a su alrededor.

Tampoco se pueden soslayar el despliegue de nuevas fuerzas militares de EU en Australia y Filipinas ni la intromisión de Obama en las disputas territoriales de China en el mar del sur con algunos países del bloque de 10 países del Asean.

En la cumbre APEC, en Honolulu (donde, por cierto, nació Obama), el presidente de EU, en contra de todas las reglas de cortesía del anfitrión, arremetió contra China, a quien fustigó como la causa primaria de la crisis económica en Occidente. ¿No se mordió la lengua? Obama exigió que China debe jugar de acuerdo con las reglas. ¿Cuáles? ¿Las reglas de quién o para quién? Obama instó insensatamente a China a revaluar su divisa entre 20 y 25 por ciento, lo cual equivaldría a su suicidio exportador.

Después de la cumbre APEC, Obama prosiguió su periplo estrangulador a Australia, donde, primero, exclamó que se equivocan quienes creen que EU teme a Chinay, luego, anunció la instalación de una base militar en el norte del país (en las cercanías de Darwin: es decir, lo más cercano a China) con 2 mil 500marines, submarinos, portaviones nucleares, aviones modernos y drones.

Según los estrategas de EU, la nueva base militar en Australia será inexpugnable a los misiles de China, a diferencia de las bases vulnerables en Japón, Corea y Guam.

La nueva sede se encuentra a solamente 804 kilómetros del mar del sur de China y del océano Índico (en caso de que India interactúe demasiado con los BRICS).

Un editorial del People’s Daily(16/11/11), portavoz oficial del Partido Comunista de China, advirtió queAustralia podría ser atrapada en un fuego cruzado (al pretender quedar bien con Dios y con el diablo).

El periódico Jakarta Post(18/11/11) –del país islámico más poblado del planeta y que vio crecer a Obama– remarcó que la presencia de una base de EU justo al sur de Indonesia se encuentra demasiado cerca para estar tranquilos. Cabe señalar que Indonesia rechazó su participación en el TPP.

Los estrategas chinos se encuentran sumamente preocupados por el cerco a su país que está delineado en el reporteAlianzas asiáticas en el siglo XXI, de julio, del Project 2049 Institute –con sede en Arlington (cerca de la CIA) y vinculado a los neoconservadores– y que reclama una versión de la OTAN (¡supersic!) en la región Asia-Pacífico para confrontar a China.

Según el reporte, las alianzas que fragua EU son imprescindibles para confrontar la competencia geopolíticadebido a las divergencias marcadas en los objetivos estratégicos de China y EU.

No se gestó el G-2 y ahora EU replica con un G-0 ya que el posicionamiento bélico de Estados Unidos (EU) en la cuenca del Pacífico para crear una OTAN del océano Pacífico tiene por objetivo cercar a China.

El reposicionamiento geoestratégico de EU en el Pacífico ha sido abordado en el documento Alianzas asiáticas en el siglo XXI, de Project Institute 2049, con sede en Arlington (Virginia), muy cercano al establishment militar y de abordaje multidisciplinario.

A la publicación de marras prosiguió el sonado ensayo El siglo de EU en el océano Pacífico, de Hillary Rodham Clinton, en (Foreign Policy, noviembre 2011).

Ambas publicaciones enmarcaron conceptualmente el espectacular periplo asiático de Obama durante nueve días: desde la cumbre de la APEC en Honolulu (donde nació el mandatario), pasando por la instalación de una base militar en Australia, hasta las cumbres tanto de la ASEAN como del este de Asia en Indonesia (donde creció el presidente).

Es notorio que el peculiar eje Hawai-Indonesia marca subjetiva y objetivamente el deseo de Obama de dejar su huella en un proyecto que tiene como objetivo, primero, limitar los daños de la aciaga etapa bushiana de desastres militares en el subcontinente indio (Afganistán/Pakistán) y Medio Oriente (derrota militar en Irak, etcétera) y, segundo, reposicionar a EU como la máxima superpotencia de la cuenca del Pacífico, lo cual lleva como corolario la asfixia de China cuando aparentemente Washington ha soltado a la Unión Europea y a la eurozona a las fieras de una doble balcanización, económica y política.

Según Clinton, EU se encuentra en un punto pivote cuando empieza el retiro de sus tropas tanto de Irak como de Afganistán, donde asignaron inmensos recursos en ambos teatros.

En los próximos 10 años EU tornará su atención a una inversión (sic) sustancialmente incrementada (diplomática, económica y estratégica)en la región Asia-Pacífico que se ha convertido en el principal motor de la política global, que comprende dos océanos –el Pacífico y el Índico– y que va desde el subcontinente indio hasta la costa occidental del hemisferio americano, que están cada vez más conectados por el transporte y la estrategia. Se trata de casi la mitad de la población mundial, que incluye a varios de los principales motores de la economía global, así como a los mayores emisores de gases invernadero, y asiento de varios aliados principales de EU y depotencias emergentes importantes como China, India e Indonesia.

A su juicio, el compromiso de EU será esencial en los próximos 60 años para ayudar a construir una arquitectura económica y una seguridad de mayor madurez.

El ensayo de la diplomática tiene muchas resonancias con las teorías del almirante Alfred Thayer Mahan, considerado el mayor estratega estadunidense del siglo XIX, quien desplegó exitosamente el concepto de poder marítimo, según el cual: los países con mayor poder naval dominarían el mundo.

Clinton subraya seis principales líneas: fortalecer las alianzas bilaterales de seguridad; profundizar las relaciones en curso con las potencias emergentes incluyendo a China; comprometerse con las instituciones multilaterales regionales; expandir el comercio y las inversiones; forjar una amplia presencia militar (¡supersic!), y avanzar la democracia y los derechos humanos.

Por lo que se desprende de la propaganda negra de los oligopolios anglosajones, tanto la democracia como los derechos humanos formarán parte de la publicitaria panoplia bélica de EU en la cuenca del Pacífico; de allí que sea fundamental que los países afectados por la desinformación global posean sus propios medios masivos de comunicación para contrarrestar el orwellianismo anglosajón.

Clinton considera que los tratados de alianza de EU con Japón, Sudcorea, Australia, Filipinas y Tailandia, sus cinco principales socios regionales,constituyen el fulcro del giro (sic) estratégico de EU en Asia-Pacífico.

Por ahora, la alianza con Japón representa la piedra de toque de la paz (sic) y estabilidad en la región, mientras China representa una de las más desafiantes relaciones bilaterales que EU ha tenido que manejar.

Define los desafíos importantes que tiene EU con China: los contenciosos de Norcorea, Afganistán, Pakistán, Irán y los desarrollos (sic) en el mar del sur de China”.

Siempre en la tónica geoestratégica del almirante Alfred Thayer Mahan, Clinton destaca que la franja de mar desde el océano Índico por el estrecho de Malaca hasta el océano Pacífico contiene tanto las rutas de energía y comercio más vibrantes del mundo.

Se pronuncia con el propósito evidente de dislocar a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), por un nuevo diálogo trilateral con India y Japón y coquetea con India como el eje del sur y centro de Asia integrados económica y políticamente. ¿Caerá India en la trampa seductora de EU que en última instancia tiene como objetivo asfixiar a China?

Exulta que EU ha abierto una misión en Yakarta con los 10 países del ASEAN (bloque del Sudeste Asiático) y uno de cuyos focos es abordar las disputas en el mar del sur China, donde fluye la mitad del tonelaje de mercancías del mundo.

A mi juicio, el delicado contencioso del mar del sur de China constituye una de las tres principales fracturas de la geopolítica, al unísono del despliegue del escudo misilístico de EU en la periferia de Rusia y la línea incandescente de Siria-Irak-Irán-Afganistán-Pakistán, donde chocan brutalmente los intereses geoestratégicos de Washington y Pekín.

La vulnerabilidad geoeconómica que padece EU es patente en el ensayo de Clinton, quien concede demasiada importancia tanto a la APEC como a la Asociación Transpacífica (TPP), ambas contradictoriamente antipódicas cuando, en la primera, China brilla como uno de sus principales miembros, mientras es excluida esquizofrénicamente de la segunda.

Si la hipótesis del politólogo ruso Igor Panarin es correcta –de que ya inició la guerra fría entre EU y China–, entonces la tendencia será a una balcanización de la APEC frente a la expansión del TPP (que involucra innecesariamente al itamita México neoliberal calderonista de proclividad sinófoba).

Clinton explaya la relevancia geoeconómica de la APEC (de la que China es parte): Genera más de la mitad del PIB global y casi la mitad del comercio mundial cuando el año pasado las exportaciones de EU a la APEC alcanzaron 320 mil millones de dólares que fortalecieron 850 mil empleos estadunidenses. ¿Estarán conscientes en EU que un choque frontal con China mediante el TPP puede afectar tales intercambios?

Clinton coloca de relieve elcrecimiento económico remarcable de Asia en la década pasada cuando, a su juicio, su crecimiento futuro dependerá de la seguridad y la estabilidad (sic) que han sido garantizadas por los militares (¡supersic!) de EU, que incluyen más de 50 mil soldados en Japón y Sudcorea.

A mi juicio, la postura de Hillary Clinton sobre el siglo de EU en el océano Pacífico se inspiró en la propaganda del estudio Alianzas asiáticas en el siglo XXI, cuyos tres principales autores son y han sido funcionarios de Washington (Dan Blumenthal, Randall Schriver y Mark Stokes), mientras los otros dos (L. C. Russell Hsiao y Michael Mazza) sirven obscenamente a la propaganda hegemónica de EU, en referencia específica a Asia, epicentro geopolítico del nuevo siglo, el cual vaticina la rivalidad de EU y China en materia de seguridad, condicionada por una profunda interdependencia económica, lo cual configurará el futuro de la región.

Los cinco autores alaban ditirámbicamente los logros de EU –su liberalismo y su capitalismo democrático (¡supersic!)– por haber forjado el gran despliegue económico asiático del que se ha beneficiado China, quien, a diferencia de sus colegas asiáticos, no parece estar contenta con el orden internacional hecho y dominado por EU, lo cualpuede poner en peligro la relativamente larga paz en Asia y socavar el orden geopolítico.

Existe una divergencia abrupta entre los objetivos estratégicos de China y EU, dicen, y acusan al Ejército de Liberación del Pueblo (ELP) de buscar mayor control de la periferia de China, en particular, de los mares del este Amarillo y del sur de China, lo cual amenaza a los aliados asiáticos de EU y pone en peligro la estrategia militar de EU que subraya su primacía (sic) global, por lo que las ambiciones de China presentan un desafío a los intereses de la seguridad nacional de EU.

Se quedan a un paso en decretar una “nueva guerra fría” (que ya detonó, según el politólogo ruso Igor Panarin; ver Bajo la Lupa 4/12/11) y definen la competencia de las grandes potencias como una nueva realidad compleja que comporta niveles crecientes de comercio e integración económica que coexisten inconfortablemente con una rivalidad militar intensificada en una mezcla de cooperación y competencia.

Un capítulo especial es consagrado a zonas de disputa y coerción del ELP, que desafía la estrategia militar de EU cuando la pérdida en la capacidad de dominar el océano Pacífico sería un cambio mayor en el balance histórico del poder que ha sido un lago (¡supersic!) de EU desde 1945. ¿Una OTAN del Pacífico para el lago de EU?

Alegan que los aliados de EU en Asia han sido escogidos sin haber sido consultados (sic): se están inclinando contra el poder de China, lo cual representa una oportunidad estratégica única para que EU reconfigure la postura militar aliada, lo cual significa una relación industria-defensa más vigorosa que ha sido sobredimensionada o fustigada como un negocio sucio (sic) de venta de armas. ¿Qué es, entonces? ¿No ha atizado muchas veces EU las disputas regionales con el fin de vender armas a los rivales desde el golfo Pérsico hasta el mar del sur de China? ¿No es, acaso, EU el principal vendedor de armas del mundo, cuyo monto global ha rebasado el millón de millones de dólares?

Tras considerar que sin el apoyo de Japón es casi imposible defender a Sudcorea y a Taiwán, citan cinco principios militares para la cohesión de la santa alianza lidereada por EU, en los que resalta asegurar el acceso a las aguas que conectan los océanos Índico y Pacífico y su dominio cuando sea necesario. Aportan una tabla de 2011 sobre las tendencias en las adquisiciones de submarinos en Asia/Pacífico: China 62, Japón 16, Sudcorea 12, etcétera.

Los “aliados más poderosos de EU en la región –Japón, Sucorea y Australia– están adquiriendo ya capacidades que servirán a la mayoría de los cinco principios militares”; otros socios son Taiwán, Filipinas e Indonesia.

Plantean tres escenarios: Taiwán, Norcorea y las disputas marítimas en el sudeste asiático.

Aducen que Taiwán será el lugar más probable donde China inicie un conflicto y donde el gobierno de Pekín ha revelado su preferida estrategia militar de intimidación. Las consecuencias de la caída de Taiwán serían: “Asia quedaría recortada a la mitad (sic), el ‘Comando del Pacífico’ de EU sería puesto más en peligro, el mar del sur de China se convertiría en un lago (sic) chino, y Japón perdería su profundidad estratégica”.

Las represalias de EU y sus aliados consistirían en prepararse a mover rápidamente sus fuerzas al estrecho de Taiwán, lo que significaría un conflicto largo y doloroso (sic). Otra opción: antes de que EU recurra a bombardeos (sic) sostenidos a China, se opera un bloqueo distante a su comercio marítimo en el Índico, o se recurre al cierre de las principales rutas marítimas de su comercio, lo cual sería conducido por Japón, EU, Australia e India. ¿Tendrá garantizada EU la cooperación de India en tal escenario de escalada horizontal?.

Amarran navajas sobre las disputas marítimas prácticamente con todos los vecinos de China: Japón, Vietnam, India, Indonesia, Filipinas, Malasia, etcétera. ¡Uf!

A mi juicio, desde el punto de vista geoeconómico, Taiwán, como ayer Hong Kong y Macao, es probable que se integre a la Gran China, en caso de eludir la balcanización que le tiene programada EU en Tíbet y Xinjiang.

El escenario de Norcorea se basa en un ataque de Pyongyang a Sudcorea y Japón y/o al colapso de su régimen queobligaría a China a enviar fuerzas militares a la península, lo cual debe llevar a que EU y sus aliados se pronuncien por la unificación de la península bajo el dominio de Seúl, cuando una aventura militar de China comportaría un alto precio militar. ¡Pura guerra!

El tercer escenario es el más incierto y el más hipercomplejo sobre las disputas marítimas del sudeste asiático. Pican dos declaraciones oficiales de China: 1) el mar del sur de China, definido como interés fundamental de China, y 2) la necesidad de China de forjar su integridad territorial marítima a través de una proyección naval de larga distancia.

Un capítulo especial es consagrado a la política industria-defensa de EU y la ayuda en materia de seguridad que se sustenta en la interoperabilidad, es decir, el mejor acoplamiento de los ejércitos aliados con las armas y tecnología del supremo abastecedor: EU. El mercado (sic) asiático de armas es uno de los mayores del mundo y está creciendo, por lo queEU tiene un interés estratégico (sic) en cultivar y abastecer dicho mercadopara no ser superado por Rusia.

Su conclusión: Japón y Sudcorea deben formar una alianza trilateral (sic) con EU como la piedra de toque de la nueva red de alianzas asiáticas. Su tarea: impedir la coerción de China y Norcorea; conservar abiertas las rutas marítimas; mantener acceso a los territorios y aguas que China reclama equivocadamente (sic); mantener al ejército chino fuera de los océanos Índico y Pacífico, y, durante las hostilidades (supersic), tener un menú de opciones convencionales (sic) de defensa que resguarden a la región de un conflicto nuclear.

Los militares chinos no están mudos y replicaron en China Military Online (27/12/11) –mediante uno de sus portavoces, Lin Zhiyuan, experto de Asuntos Estadunidenses del Departamento de Investigación Militar Mundial de la Academia Militar de Ciencias– las posturas sobre la estrategia de Estados Unidos (EU) para regresar a Asia tanto de Project 2049 Institute como de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Lin considera que el objetivo de EU es restaurar plenamente (sic) su influencia en la región Asia-Pacífico, por lo que implementa una estrategia global que comporta varios enfoques en su despliegue.

Aduce que en los pasados 10 años EU se consagró totalmente al antiterrorismo y se empantanó en sus guerras en Irak y Afganistán, por lo que realizó un lento (sic) progreso en Asia. Hoy su objetivo primordial consiste en revivir (sic) con el fin de liderar el mundo, motivo por el cual abandona gradualmente sus tropas de Irak y Afganistán y concentra su acción en Asia.

Califica la relación de China y EU de ni amigo ni enemigo, pero que significa la más importante relación geopolítica, así como de relación particular (sic) entre una creciente gran potencia y la única superpotencia unipolar.

Considera que la estrategia integral de EU hacia China otorga la misma prioridad tanto a la cooperación como a la prevención con una intensificación de los esfuerzos de rebalance en la seguridad con China al unísono de la adopción de medidas integrales para suprimir a China al instigar a sus aliados a pagar, contribuir y contener (sic) a China, cuando EU ha fortalecido su penetración en la periferia de China mediante ayuda humanitaria (sic), intercambios militares y ventas de armas.

Aduce que algunos pensadores de la Marina de EU están muy interesados en la teoría del corazón territorial(heartland), del geógrafo inglés Halford Mackinder, quien preconizó que “quien controle el heartland, domina la isla mundial (Eurasia)”.

Refiere que los seguidores de Mackinder han aplicado esta estrategia a Asia y creen que al controlar el mar del sur de China harán que la Marina y la Fuerza Aérea de EU controlen el este de Asia y por ende dominen la Isla Mundial (Eurasia).

A Lin se le pasó agregar que las teorías geopolíticas de Mackinder fueron antecedidas (con más de medio siglo) por las del dominio marítimoen el océano Índico del almirante Alfred Thayer Mahan.

A mi entender, los estrategas de EU aplican una doble estrategia en pinzas para contener a China: del lado occidental implementan las teorías euroasiáticas del británico McKinder y del lado oriental administran las tesis marítimas del estadunidense Mahan.

Lin evalúa el despliegue de EU: la situación en Europa se encuentra bajo control de EU, mientras la situación en Medio Oriente es benéfica a EU. ¡De acuerdo!

Delinea que el centro geográfico del mundo se está transfiriendo del Atlántico al Pacífico, por lo que laregión Asia-Pacífico se ha convertido en el centro económico y político del mundo, lo que deriva en que EU se encuentre ansioso (sic) de encontrar una nueva vía (sic) para consolidar su posición dominante en esta región, dado que la situación política interna y la lucha política en EU han entrado en fase crítica y su economía permanece deprimida, razón por la cual el gabinete Obama necesita ser más agresivo, en términos militares como diplomáticos, para crear las condiciones favorables para relegirse.

Según Lin, la “estrategia global de EU exhibe una disposición de estabilización en Europa, unareducción apropiada en Medio Oriente y una expansión en la región de Asia-Pacífico. ¿La teoría Mahan por encima de la de McKinder?

Llama la atención que Lin no cite a Rusia –en referencia a la supuestaestabilización de Europa–, ni mucho menos a América Latina (AL) ni África, en cuyos dos teatros se libra una descarnada guerra geoeconómica entre EU y China.

Finalmente, Lin arguye que elajuste estratégico de EU significará (sic) un gran (sic) desafío a la situación geopolítica en la región Asia-Pacífico y al orden (sic) mundial.

No oculta que la intervención de EU en algunos puntos calientes regionales resultará en un mayor entorno estratégico complicado al ascenso pacífico de China.

Quizá Lin se refiera a AL –específicamente a Sudamérica– y a África como los puntos calientes regionales que no cita. De ser así, en Sudamérica se antoja que el foco incandescente de EU se concentre en desestabilizar a Venezuela y a la periferia del ALBA.

En forma paralela, el general retirado Vladimir Dvorkin –prominente becario del Instituto de Relaciones Internacionales y Economía Mundial de la Academia de Ciencias de Rusia– señaló que el escudo misilístico antibalístico de defensa (AMD, por sus siglas en inglés) de EU en el Pacífico pone a China en mayor riesgo que a Rusia.

Dvorkin reveló que “Japón y Sudcorea están ya equipados con los sistemas de defensa misilísticos Aegis (Russia Today, 28/12/11)”. Escribió que Japón y Sudcorea poseen respectivamente dos destructores equipados con sistemas Aegis y los japoneses planean aumentar a seis.

En similitud a la venta de los bienes raíces donde la localización es todo, Dvorkin considera que la localización de estos activos (sic) particulares de defensa misilística son una mayor amenaza a las fuerzas militares de China que a las de Rusia, puesseguramente amenazan el potencial disuasivo nuclear de China. Aduce que la otra colocación del ADM por EU en la periferia europea de Rusia se complementa con la que está funcionando cerca de China.

EU no suelta prenda y en los días finales de 2011 lanzó, en su clásico juego del garrote y la zanahoria, a dos pesos pesados para enviar relevantes señales contradictorias a China –Paul Krugman y a Richard Haass– para quizá obligarle a recapacitar sobre las supuestas bondades del G-2 de reparto de condominio global que siempre no fue.

El muy influyente Paul Krugman –mejor escritor que economista y político (por desgracia, muy sesgado)–, con un Premio Nobel de Economía a cuestas, exagera el estallido de la burbuja de bienes raíces de China y suquiebra subsecuente (NYT, 18/12/11).

El aún más influyente Haass, director del poderoso Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), después de un análisis de corte forense en el que descuartiza la política exterior de China, considera que su mayor riesgo es interno(FT, 28/12/11), para luego diluir su vino y sugerir que aún es prematuroaplicar la contención.

Quizá la mejor respuesta provenga del lúcido economista Stephen Roach –a quien Wall Street ha hecho el vacío por su actitud serena sobre China–, a quien preocupa más el deterioro económico de India que de China (Money News, 29/12/11), y cuyo desenlace, a mi juicio, tendrá profundas repercusiones geopolíticas en el Índico sobre lo que versa el transcendental giro del presidente Obama presentado el 5 de enero 2012 al Pentágono, que viene asentado en el documento de 8 páginas “Sostener el liderazgo global de EU: prioridades para la defensa del siglo XXI”.

Obama sostuvo que se daban por concluidas “las largas guerras de la pasada década”, en alusión nada velada al fracaso del bushismo bélico que, a mi juicio, significó el suicidio unipolar de Estados Unidos.

A vuelo de pájaro puedo comentar que tanto la derrota militar estratégica de Estados Unidos en Irak (donde resultó triunfador Irán sin disparar una sola bala) como el empantanamiento de Estados Unidos en Afganistán obligaron a un reajuste de Obama para concentrarse en la región Asia-Pacífico con el triple propósito de contener a China, fracturar a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y seducir a India.

El costo del aventurerismo militar del bushismo durante una década en Medio Oriente –que Joseph Stiglitz (premio Nobel del Economía y ex funcionario clintoniano) calcula en más de 2 billones de dólares– mermó considerablemente las arcas de Estados Unidos y profundizó tanto su deuda impagable como sus déficit descomunales.

El recorte del presupuesto militar –anunciado por Leo Panetta, secretario del Pentágono, y el general Martin Dempsey, jefe de las fuerzas armadas conjuntas– asciende a casi medio billón de dólares escalonado en 10 años (sin contar otro tanto que deberá promover el Congreso a inicios de 2013), disminuye tanto el número de efectivos terrestres como de la marina y se concentra en el despliegue de los drones (aviones automatizados teledirigidos), con mayor énfasis en la ventaja tecnológica de Estados Unidos mediante la seguridad cibernética (que dispone ya de un centro de comando propio, a la par de los otros en los cuatro rincones del planeta y sus mil bases militares).

A mi juicio, todo el nuevo giro estratégico de Obama abandona a su triste suerte a Europa, retrae su presencia en Medio Oriente, con una ubicación ultracondensada en el golfo Pérsico para el despliegue de sus portaviones (que gozan de supremacía global), y se redespliega (con el retiro de las tropas de Irak y Afganistán) en la región Asia-Pacífico para cercar y contener a China. De la fracasada globalización militar del bushismo, Obama emprende la graciosa huida mediante la desglobalización militar en la fase de decadencia de Estados Unidos.

Donna Miles, del servicio de prensa del ejército, resume el documento de marras: “Creciente importancia estratégica de Asia y el Pacífico”; “los intereses económicos y en materia de seguridad de Estados Unidos están inexorablemente vinculados al desarrollo de la región Asia/Pacífico de 39 países”; “la emergencia de India y China como dos gigantes asiáticos”; “inversiones para una asociación estratégica de largo plazo con India que sirva como ancla económica regional que mejore la seguridad en la amplia región del océano Índico”; ascenso de China como poder regional y la preocupación por “la falta de transparencia de China sobre sus intenciones estratégicas”; “330 mil miembros del Comando del Pacífico de Estados Unidos permiten el libre flujo de comercio”; “mantener la paz en la península coreana, en particular con el nuevo liderazgo norcoreano”.

David Ignatius, de The Washington Post (7/1/12), aduce que “Obama cierra el libro de la era 11/9” y considera que los “recortes presupuestales del Pentágono hacen una diferencia, tanto hacie el interior como al exterior. Marcan un giro genuino, uno de los más importantes desde 1945”: un “verdadero cambio con grandes consecuencias estratégicas” en los que las “fuerzas terrestres son recortadas considerablemente”.

¿Ya no podrá, entonces, Estados Unidos invadir simultáneamente dos países para ahora consagrarse de lleno a su destrucción automatizada desde los cielos? ¿Mediante el control del Internet global pretende Estados Unidos con la guerra cibernética controlar las redes electrónicas de sus adversarios, quienes ingenuamente compraron los dispositivos de las trasnacionales de Estados Unidos para ser mejor espiados?

Según David Ignatius, se trata del “fin de la era 11/9”, cuando la muerte de Osama desembocó en que “en el mundo árabe Estados Unidos dialogue con los Hermanos Musulmanes y los salafistas (nota: ultrafundamentalistas islámicos)”, mientras las “tropas de Estados Unidos regresarán de Europa a casa, probablemente en mayores números a lo esperado”. Europa “puede sentirse abandonada” y pregunta si los “alemanes replicarán acercándose a Rusia”. ¡Ni dudarlo!

David Ignatius refiere que con el giro de Obama “China se siente nerviosa comprensiblemente” y aduce que los “chinos no son tan estúpidos (sic)” y saben bien que Estados Unidos se les va a la yugular.

Vaticina que “está a la vista un periodo de rivalidad y tensión en el Pacífico”, con tres puntos nodales: 1) la reciente expansión de Estados Unidos a Burma, donde hipócritamente dejó de lado los derechos humanos; 2) “la delicada transición del liderazgo en Norcorea”, donde la cooperación o la colisión de Estados Unidos y China están en el aire, y 3) la Asociación Transpacífica (TPP por sus siglas), para arrebatarle la supremacía comercial a China. ¿TPP contra BRICS?

La “asociación estratégica de largo plazo” que propone Estados Unidos a India ha sido puesta en relieve por The Times of India (5/1/12), que lo resume estupendamente: “Estados Unidos identifica a China como una amenaza a su seguridad y busca la asociación con India”.

Obama, Panetta y el general Dempsey insisten en que Estados Unidos “mantendrá la superioridad militar global” (Robert Burns, AP, 5/1/12).

La feroz crítica del Partido Republicano no se hizo esperar. El representante Howard Buck McKeon, jefe de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes, en una declaración oficial sentenció que “es una estrategia de liderazgo en retroceso para un Estados Unidos rezagado”, mediante una “retirada del mundo con el disfraz de una nueva estrategia”.

No anda tan errado McKeon, a grado tal que Panetta como el general Dempsey han pasado mucho tiempo en la televisión en forma conjunta para intentar convencer a los escépticos de que “Estados Unidos todavía tiene el ejército más poderoso del mundo a pesar de los recortes” (China Daily, 9/1/12).

El general Dempsey comentó estar preocupado de que algunos países puedan malinterpretar el debate que los estadunidenses tienen sobre el cambio de estrategia y la necesidad de recortar los gastos militares: “Puede haber algunos en el mundo que nos vean como un país en decadencia y, peor, como militares en decadencia. Y nada está más alejado de la verdad”.

El secretario del Pentágono, Panetta, recalcó que un mal cálculo sobre la fortaleza de su país puede ser “perturbador” en el trato con naciones como Irán o Norcorea: “Estados Unidos es el mayor poder militar e intentamos permanecer como el mayor poder militar”, y agregó que su presupuesto de defensa todavía sería de lejos el mayor del mundo, casi del tamaño de los 10 siguientes mayores presupuestos de defensa combinados del planeta.

El “giro estratégico” causó diversas reacciones de Rusia y China. Rusia aún no se pronuncia en forma oficial, con la salvedad de notables referencias tangenciales de Russia Today (RT, 5, 8 y 9/1/12) que informa las “advertencias de China” –recordando que “el tamaño de China es casi la tercera parte del continente entero”– y que las relaciones entre Pekín y Washington se “bambolean en una zona entre lo neutral y lo negativo” que “se ha intensificado en parte por la reciente militarización de Taiwán por EU”. Agrega que “la salud y las pensiones serán drásticamente reducidas” por el recorte presupuestal de EU y condensa que “EU deja Afganistán y ahora el turno es de China”.

Su analista militar, Evgeny Khrushchev, refiere que “el ejército de EU cambia el enfoque de sus tropas a sus tecnologías” y resume que los “principales vencedores son los contratistas de armas de EU”. Juzga que se trata de “una clásica carrera armamentista de guerra fría” librada por EU contra la “percepción de una amenaza imaginaria” de China y destaca que la “estrategia” de “poder blando” (soft power) de EU fracasó en Irak, Afganistán y Pakistán, por lo que Obama cambia su estrategia del centro y sudeste asiáticos a la región Asia-Pacífico, donde planea concentrar su poderío militar de alta tecnología contra China.

Será interesante seguir la evolución de Rusia cuando lleva una relación de altas y bajas (como el yoyo) con EU, el cual, por un lado, interfirió flagrantemente en las elecciones rusas y, por otro, obligó a Georgia a levantar el veto del ingreso de Rusia a la OMC.

La diplomacia China ha elevado el tono en forma gradual contra un ataque a Irán –que juzga como un “desastre” para la “economía global”– y a Siria, que resultaría en un “desastre regional” (China Daily, 11/1/12).

A mi juicio, tras el doble error que cometieron Rusia y China frente a la intervención de la OTAN en Libia, ahora intentan limitar los daños en Siria e Irán, quizá tardíamente.

Jim Canrong, experto en estudios estadunidenses de la Universidad Renmin de China, señala que el giro “claramente tiene como objetivo a China” y aduce que tanto el desarrollo de ésta como la situación de Irán “pueden dañar las relaciones bilaterales” por lo que Pekín “debe permanecer tranquila y continuar su desarrollo”, aunque “permanecer en alta alerta”, ya que el “giro de la política muestra que EU es incapaz de desplegar sus militares en varias regiones, pero todavía desea mantener el control sobre los temas de seguridad global”.

China Daily (11/1/12) resalta que “EU atiza las tensiones para ganar un papel regional”. Cita a varios analistas que comentan que EU “puede acelerar la militarización de la región” –interesante punto de vista que se complementa con mi tesis de la “desglobalización” que se (con)centra en las “regionalizaciones”, en este caso en materia militar.

Yang Yi, contralmirante y anterior geoestratega de la Universidad de Defensa Nacional del ejército chino, comentó que EU busca “revitalizar su liderazgo global” mediante el “estímulo de tensiones regionales”. Considera que EU ha explotado varios hechos en la península coreana y en el mar del sur de China para atraer “exitosamente” a sus aliados del este de Asia: Japón, Sudcorea y Filipinas. Aduce que, con una “lógica invertida”, EU pretende “mantener la seguridad regional con el fin de socavar la modernización militar de China”. Rechaza que EU sea un “proveedor de seguridad (sic)” y un “ancla (sic) económica regional” cuando se posiciona como “enemigo en la región” y socava la “estabilidad y paz regional”. Fustigó que los conflictos regionales se generaron cuando EU inició su estrategia de “regreso a Asia” en 2009: “queda claro quién es el verdadero provocador”.

El portal chino cita a Andrew Biller, de la Sociedad Asia-EU, quien refiere que el conflicto en la región se incrementó por la presencia de los marines en Australia y debido al aumento de la cooperación militar de EU con algunos países en la región.

Cita también al mayor general Luo Yuan, quien indicó que EU “ha reforzado sus cinco principales alianzas militares en la región Asia-Pacífico y ajusta el posicionamiento de sus cinco mayores conglomerados de bases militares, mientras busca más bases militares para cercar a China”. Sugiere que “China debe mejorar la forma de cortejar amigos en la región para sacarlos de la órbita de EU”, además que China “debe mantener un alto grado de vigilancia, sin necesidad de estar alarmada, y adaptarse a maniobrar”.

Un editorial del portal chino Global Times (5/1/12) arguye que el “plan del Pentágono cambia el juego en Asia” que pone de relieve la importancia de Irán con China. Resume que los “cambios en estrategia del Pentágono están principalmente dirigidos contra Irán y China”. ¡Pues sí!: si se cae Irán sigue China.

El editorial aconseja que China “debe guardar algunas (sic) iniciativas estratégicas contra EU”, para contrarrestar su “contención”. Pekín “debe reforzar sus capacidades ofensivas de largo alcance con mayor persuasión militar contra EU” para que éste “se percate de que no puede detener el ascenso de China y que le convenga más ser su amigo”. ¡Cómo no!

Ubica dos carriles en juego: el económico y el militar, cuando, en el primero, China lleva la ventaja y en el que “difícilmente EU puede provocar a China”, mientras, en el segundo, EU lleva la batuta con su “poderío militar que le otorga justificaciones (sic) para suprimir(sic) a China”. Concluye que “China debe tratar de evitar una nueva guerra fría con EU, lo cual no significa que deba ceder su seguridad periférica a cambio del confort de EU en Asia”.

Llaman la atención las posiciones cada vez más nítidas de Rusia y China respecto a las graves crisis en Siria e Irán, donde la triada EU/Israel/Gran Bretaña amenaza desatar una tercera guerra mundial nuclear.

A mi juicio, el avance del nuevo giro estratégico de Obama dependerá en gran medida del epílogo de su casi guerra contra Irán, donde China, más que Rusia, parece estar dispuesta a trazar una de sus “líneas rojas” periféricas. Si cae Irán seguirán Venezuela y luego el mar del sur de China: relevantes zonas de reserva y abastecimiento de hidrocarburos a China. La guerra contra Irán, como ha destacado Zbigniew Brzezinski, beneficiaría a Rusia (por el alza de los hidrocarburos) y dañaría a China en primer término.

Después de la activación de la política de contención de China por Obama y la trascendental visita del vicepresidente chino Xi Jinping,el canciller Yang Jiechi (YJ) exhortó a EU “respetar los intereses de China en la región Asia-Pacifico”(The Jakarta Post;7.3.12).

Para diluir al reciente irredentismo de EU en la periferia marítima china,YJ destacó que Washington y Beijing “tienen más intereses convergentes(sic) en la región Asia-Pacifico que en otra parte del mundo”.Sin duda,pero también exhiben mayores “intereses divergentes”.

El reciente voto en el Senado de EU para imponer aranceles a los “bienes subsidiados” de China,así como el mayor despliegue militar y diplomático en sus cercanías,han puesto muy nerviosos a los hacedores de la política china,pese al exitoso viaje(mas decorativo que sustancial)del vicepresidente Xi a EU.

Liu JiangYoung,vice-Director del Instituto de las Relaciones Internacionales Modernas(sic) de la Universidad de Tsinghua,comenta que “China no quiere excluir a EU de la región, pero sí se opone al dominio por un solo país”,además de que ambos “también tienen intereses militares imbricados”.

Qu Xing,director del Instituto de Estudios Internacionales de China,aduce que su país “frecuentemente emerge con una luz desfavorable en el año de elección presidencial de EU”,sin soslayar sus profundas diferencias en “algunos temas internacionales relevantes, que incluyen Siria e Irán”. Arguye que “China aboga por el diálogo y las negociaciones en el abordaje de Siria e Irán, mientras EU prefiere las sanciones y aún la intervención militar”.Pues sí:de otra forma no sería EU.

En referencia a estos dos temas incandescentes,el canciller YJ se opone a las sanciones unilaterales.

En la suma y resta de la relación bilateral, con sus altas y bajas,el canciller chino estima que la relación ha avanzado más que retrocedido y exhortó a que EU maneje “adecuada y precavidamente” los temas de Taiwán y Tíbet que forman parte de los “intereses vitales” de China.

Quizá el ideólogo más influyente en China,Zheng Bijian—durante muchos años vice-director ejecutivo de la escuela central del partido comunista en Beijíng—,se había destacado con su doctrina del “ascenso pacifico” de China para contrarrestar el nerviosismo por su creciente papel como nueva súperpotencia.

Ahora que el mundo multipolar asienta sus reales—con el ascenso de los BRICS(Brasil, Rusia, India,China y Sudáfrica) y el declive del G-7—,el ideólogo Zheng Bijian propone un nuevo abordaje geoestratégico de China en su relación con el mundo:”Construir una convergencia(sic) para crear una comunidad(sic) de intereses” ,cuyo principal enfoque versa sobre políticas comunes para combatir el cambio climático mediante un crecimiento bajo en carbón.

Mas que con el mundo,a mi juicio,el ajuste conceptual de Bijian es con EU quien ha acentuado su declive global,como el mismo Zbigniew Brzezinski asimila en su reciente libro “Visión Geoestratégica: EU y la Crisis del Poder Global”.

En la reunión del 21st Century Council/Berggruen Institute (en París),en vísperas de la cumbre anual del G-20,Bijian consideró que su nueva doctrina era consecuencia de la globalización “en la que los intereses de varios países están tan interconectados que la desgracia de un país o su crisis pueden expandirse o afectar a otros”,por lo que “existen cada vez mas convergencias de intereses en el mundo” cuando la expansión de “aquellas áreas de intereses traslapados pasan por una suma de ladrillos para la construcción de las comunidades de intereses”.Suena muy bonito,¿Pero le harán caso los super-halcones de EU?

Bijian evoca que los siglos 20 y 19 son diferentes a la etapa de la globalización,por lo que su tesis dual sobre el “ascenso pacifico” y la “convergencia de intereses” provino de sus estudios de la historia china, así como del crecimiento de las anteriores potencias coloniales y de la Unión Soviética.Destaca la tripolaridad histórica y presente del ideólogo chino:”en esta segunda década del siglo 21,China, Europa y EU enfrentan en conjunto desafíos colosales al interior” cuando los “desafíos domésticos de lejos(sic) superan los desafíos a la seguridad de afuera”. En este tenor,”el problema mas apremiante en EU no es su seguridad,sino sus graves desafíos económicos—escalofriantes deudas gubernamentales tanto federales como estatales, presupuestos desbalanceados,crecimiento económico inestable, inversión insuficiente(sic),alto desempleo y falta de confianza en el dólar”.!Demoledor!

Hoy, prosigue Bijian,”China es el mayor socio comercial tanto de EU,la mayor economía del mundo, y Europa,el mayor grupo económico”,lo que lleva a que las 3 economías “sean muy interdependientes una con otra”.

Una antitesis respetuosamente disonante:Bijian apuesta demasiado en la vigencia de la globalización,cuando un servidor(“Hacia la Desglobalización “;Ed.Jorale;2007) y el francés Jacques Sapir,director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París y Moscú(“La Desmundialización” “;Seuil;2011) discrepamos con tal determinismo.

Otras áreas de “convergencia”,a juicio de Bijian,incluyen “seguridad en el ciberespacio,en la estratósfera y en las zonas marítimas” que deben ser consideradas como “espacios comunes” ó “bienes públicos globales”.¿No lo eran ya acaso o se encuentran en disputa subrepticia?

Aboga para que EU y China mantengan la estabilidad y la seguridad en el noreste y sudeste de Asia y así prevenir cualquier accidente en la península coreana.Reconoce que existen “intereses divergentes y disputas” en el Mar del Sur de China en donde se debe “mantener la paz y la estabilidad y proteger la libre navegación”.

El geoestratega Zbigniew Brzezinski—asesor de seguridad nacional del ex-presidente Carter e intimo de Obama—en una entrevista con Nathan Gardels(NPQ; 24.1.12)—expone que el ideólogo Zheng Bijian “está refinando(sic) su idea de la convergencia de intereses en conversaciones con Henry Kissinger y otros estrategas”(incluido el mismo Brzezinski),lo cual “representa una señal de que los chinos son serios(sic) en buscar un papel para jugar sin ambiciones hegemónicas—por el momento”.

Brzezinski juzga que la búsqueda de hegemonía en el futuro de parte de los chinos dependerá si en “Occidente se generen las circunstancias en las que la convergencia de intereses sean alcanzables(sic) para ellos, o si un acomodamiento con otros(sic)”,en lugar de EU,”se vuelve una necesidad para sus intereses nacionales”.¿A qué nivel elevarán la barra los super-halcones de EU(acostumbrados a la unipolaridad)que sea “alcanzable” para que los chinos puedan acomodar una “convergencia de intereses”,que por necesidad tiene que ser bipolar?¿No se trata mas bien de ganar el tiempo que corre contra EU?

Brzezinski considera que la expansión presente de China no tiene precedente ya que en el pasado su esfera de influencia había sido “autocontenida” y rememora que había propuesto un G-2 entre EU y China que fue considerado como una “trampa” por este ultimo quien prefiere el G-20,que,por cierto,ha brillado por su disfuncionalidad.Falta mucho para la “convergencia de intereses”.

En un análisis multidimensional, el verdadero choque es tanto geopolítico como geofinanciero cuando China está derrotando a EU en el ámbito

 

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