Desprivatización del agua: fracaso global de su privatización por el Banco Mundial

La Jornada; Bajo la Lupa 21.02.16

Vecinos de la delegación Iztapalapa –la demarcación capitalina más afectada por los trabajos de rehabilitación del Sistema Cutzamala– esperaban llevar a casa un poco de agua, shop el 1º de febrero pasado*Foto Alfredo Domínguez

La secta neoliberal en Mé­xico perora sin continencia las supuestas bondades de la privatización del agua y llama la atención su alto grado de ignorancia y/o de engaño deliberado, doctor con tal de promover sus caníbales intereses pecuniarios (http://goo.gl/gvTtI0), al no estar actualizada del fenómeno inverso de su desprivatización global que se ha acentuado en países avanzados, como EU, Francia y Alemania (http://goo.gl/UdNcy2 ).

John Vidal, del rotativo británico The Guardian, demuestra que la privatización del agua ha sido “un fracaso global (http://goo.gl/uWACjn)” cuando los hechos apuntan a su desprivatización: muchas ciudades que se precipitaron en firmar concesiones a 20 años o más con las empresas de agua en expectativa de un agua potable (sic) a un costo socialmente aceptable (¡supersic!) han preferido terminar sus acuerdos y regresar las provisiones de agua urbana al control público (¡supersic!).

Vidal cita un estrujante reporte de tres entidades –Instituto Trasnacional (TNI, por sus siglas en inglés), Unidad de Investigación Internacional de Servicios Públicos y Observatorio Multinacional– que sugiere que 180 ciudades y comunidades en 35 países (¡supersic!) –que incluyen Berlín, Buenos Aires, París, Acra, Johannesburgo, La Paz, Maputo y Kuala Lumpur–, han remunicipalizado sus sistemas de agua en la pasada década: lo más sorprendente es que 100 de los retornados (sic) fueron en EU y Francia, 14 en África y 12 en América Latina (AL). Las mayores metrópolis en los países en vías de desarrollo, más que en los prósperos países avanzados, tendieron a la remunicipalización del agua.

El mismo Banco Mundial (BM) acepta un fracaso de 34 por ciento en la participación privada en infraestructura entre 2000 y 2010.

Vidal comenta que en 1999 el BM propuso la expansión del abasto acuífero de Lagos (la más poblada ciudad de Nigeria que con su zona conurbada cuenta con 21.3 millones), para beneficiar los acueductos de empresas británicas y/o francesas.

El proyecto frustrado del BM en Lagos se parece mucho a su inducción privatizadora en la Ciudad de México mediante un empréstito, con dados cargados, por 10 mil millones de pesos, cuya más poblada delegación padece sequía urbana y forma parte de la “Bolivia mexicana (http://goo.gl/f0R8te)”.

En forma perturbadora, el titular del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre, empezó a imitar la cacofonía privatizadora neoliberal del itamita Jesús Reyes Heroles González Garza –sobre costos financieros y responsabilidad financiera (sic) de la gestión del agua–, mientras su similar de la corporación del agua de Lagos arremete contra el plan del BM como inoperante y muy costoso para la ciudad.

De 1993 a 2013, el BM llevó a cabo 847 proyectos acuíferos, cuya mitad se ubica en AL y, pese a sus estruendosos fracasos globales, no ceja en su obcecación privatizadora, cuando ha otorgado préstamos por más de 75 mil millones de dólares para proyectos acuíferos y de higiene en todo el mundo desde 1995, según Vidal.

Ahora el BM se ha sacado de la manga el nuevo truco contable/financierista –secreto, la mayor parte de las veces– de una asociación mixta pública y privada (PPP, por sus siglas en inglés) para, a mi juicio, diferir las protestas ciudadanas y luego asestar el golpe final privatizador. No corren prisa ante la sed global que buscan controlar en forma perversa y geopolítica.

Los activistas del Corporate Accountability International desmontan el truco contable financierista del PPP: al contrario, cuando el acceso al agua es casi universal, se ha debido casi siempre al compromiso público para construir y mantener su infraestructura, que representa 75 por ciento del costo del abasto del agua a los usuarios.

La experiencia global ha sido que, cuando los usuarios se encuentran incapacitados en pagar las elevadas tarifas privatizadas, los caníbales privatizadores con la mano en la cintura cortan el suministro en forma anti-humana, lo cual hace añicos el derecho humano al agua (de 50 litros a 100 litros por persona al día).

Hace un año el tribunal de distrito de la capital de Indonesia –256 millones de habitantes y un PIB de 2.8 billones de dólares (noveno en el ranking global)–, país muy parecido a México (lugar 12) en dimensiones y parámetros, canceló la “mayor privatización de agua del mundo (sic) después de 18 años de fracasos (http://goo.gl/nStkMG)”.

Una coalición de resistencia a la privatización se rebeló a la decisión corrupta, tras bambalinas, operada por el régimen militar de Indonesia en 1997, como a las continuas manipulaciones de los operadores privados para incrementar sus ganancias sin mejorar los servicios del agua, más bajos a lo prometido y con filtraciones mayores (44 por ciento), además de que las tarifas se cuadruplicaron.

Indonesia es un eslabón más de los fracasos globales de la privatización alentada por el BM y el Banco de Desarrollo Asiático, que han caído en la ilegalidad después de la histórica cancelación del tribunal indonesio y cuya sentencia debe servir de ejemplo a los ciudadanos de otros países que se enfrentan a la dictadura acuífera global del BM/Morgan Stanley/Goldman Sachs/Citigroup-Banamex en América Latina y Estados Unidos (http://goo.gl/rfOZV4).

La resolución del tribunal de Yakarta es coherente con la sentencia de la Corte Constitucional de Indonesia: los recursos del agua tienen que ser controlados y asignados para el beneficio público, por lo que las empresas privadas no pueden monopolizar los derechos sobre las fuentes de agua. Y eso que ambas cortes no abordaron el derecho humano al agua, que colisiona con los caníbales/necrófilos costos financieristas que no toman en cuenta los mayores costos sociopolíticos.

Anna Lappé, directora de Small Planet Institute, indaga las razones por las cuales el BM se empecina en privatizar el agua,“lo cual ha puesto en peligro la salud pública, a pesar de sus riesgos (http://goo.gl/NJA3tq)”.

El problema radica en que el BM empuja a la privatización como la principal solución a la crisis de agua y sus empréstitos van conectados a medidas de austeridad diseñadas para empequeñecer al Estado.

Lo peor es que las privatizadoras del agua pretenden implementar soluciones eficientes (sic) mediante un alza descomunal de los precios y el recorte de la inversión en infraestructura (muchas veces regalada por los gobiernos entreguistas).

El BM emprende un doble juego tramposo: aconseja a los gobiernos privatizar el agua e invierte en las trasnacionales privatizadoras del agua para que obtengan suculentos contratos.

La tendencia global hoy es hacia la desprivatización del agua y no a su privatización (http://goo.gl/5rZXWN), como engaña el Consejo Consultivo del Agua AC, que preside el itamita Jesús Reyes Heroles González Garza (http://goo.gl/o5IXIj), caballo de Troya del banco de inversiones Morgan Stanley (https://goo.gl/rBl1MT).

Este consejo depredador es al agua lo que IMCO (del “ cártel español”) y CIDAC (del “ cártel sionista”) fueron para la enajenación (castatral y siquiátrica) del petróleo del “México neoliberal itamita”, cuyos integrales intereses pecuniarios son revolventes.

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